El “ego” es la suma de los residuos almacenados en la mente pura: conocimientos, recuerdos, pensamientos, emociones, creencias, imágenes del pasado, actitudes, conductas, hábitos, deseos, ambiciones, proyectos…
Y el “yo” es la expresión circunstancial de ese ego.
El “ego” y el “yo” son patologías, enfermedades de la Mente Pura.
¿Cuáles son los síntomas de estas enfermedades? La lucha por engrandecerse, lamentar la estupidez del prójimo, reaccionar ante la menor frivolidad, la ira que agravia, juzgar la realidad, siempre tener la razón, dramatizar lo vano, la vida utilitaria, la búsqueda de fama, de poder, de éxito…
El ego es la negación de la realidad, porque al estar la persona identificada con los contenidos de su mente, carece de atención para observar la vida “tal como es”.
El ego no ama, pero se ama. Nunca descubrirá qué es el amor, pero puede vivir eternamente enamorado, porque el enamoramiento es una cuestión hormonal que no requiere de la conciencia.
El ego crea el conflicto, rompe las relaciones, produce sufrimiento, desprecia, abandona…
El ego es vanidad, porque todo lo humano es vanidad y codicia.
La liberación del ego radica en la conciencia de esa neurosis. Si Ud. no es consciente del ego, Ud. es el ego.
Pero si Ud. es consciente de eso, Ud. es la conciencia del ego.
Ese es el camino de la liberación.