La mente ordinaria cree que el estado de enamoramiento y el Amor son la misma cosa, criterio errado que nace de la ignorancia de sí mismo.
El enamoramiento es un estado biológico, hormonal, que nace en el cerebro y se diluye por todo el cuerpo. Es un proceso interior dirigido por la naturaleza para su propio propósito, que es conservar la vida sobre la tierra.
El Amor es otra cosa. Es la fragancia que emana de la Conciencia, de su Ser más profundo.
Pero su ser actual, sin evolucionar, podría estar centrado en su cuerpo, su emocionalidad o su mente pensante y, en tal caso, así será la calidad de su amor: reactivo, posesivo, obsesivo, sin noción alguna de la libertad, sufriendo y causando sufrimientos.
Si usted se relaciona inconscientemente, posee, pero no Ama.
Si usted es consciente, no crea una fría relación sino una comunión existencial con su pareja, con el prójimo, con toda la vida.
Esa comunión es el Amor.
El Amor es como la fragancia de una flor, que no discrimina, no selecciona, no tiene propósitos ocultos, se entrega sin esperar nada.
