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La continua sensación y percepción de las cosas ha hecho que en nuestra mente esté la idea de que todo lo que hay en el mundo está hecho de alguna especie de “sustancia tangible” básica.

A lo largo de los siglos los físicos y científicos han querido descubrir qué es esa sustancia, lo han investigado con admirable tenacidad, pero hasta ahora la búsqueda ha sido inútil.
Sorprendentemente, lo que se ha descubierto no es “sustancia”, sino “forma”. Cuando el científico se acercó al microscopio, buscando la sustancia, se encontró con formas cambiantes, pautas, estructuras con elaboradas geométricas y fundamentos matemáticos.
Primero halló las moléculas. Más allá de las moléculas se encuentra con los átomos. Al observar los átomos se encuentra con las partículas, entre las cuales hay vastos espacios supuestamente vacíos, llenos de una inconmensurable energía cuyo origen se desconoce.

La Nada y el Vacío

Buscando la sustancia, el científico se encontró con los campos cuánticos subatómicos, donde impera el principio de incertidumbre, donde un electrón, que no es una cosa sino una probabilidad, puede estar y no estar, puede ser onda o partícula, no una realidad sino una probabilidad de manifestación, conectada con la totalidad del Universo.
¿Y la sustancia? No apareció nunca. No ha aparecido aún. Entonces, ¿de qué está hecho usted y todas las cosas que posee? Si no hay sustancia, ¿qué es usted?

Compilado por:

Enrique González Ospina.

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