El origen de los problemas humanos son los deseos que exigen satisfacción, porque de ellos depende la felicidad. Esos deseos, proyectados en el futuro, son los anhelos de “lo que debe ser” para lograr la felicidad, porque la realidad del momento presente no le satisface.
Esa esperanza niega la realidad del Aquí-Ahora, para caer en el mundo ilusorio de “lo que debe ser”.
En esa búsqueda inútil nos vamos conectando a grifos esperanzadores, de los cuales necesitamos beber el agua de la dicha: una nueva pareja, un nuevo proyecto, un viaje turístico, cambiar de vivienda, cambiar de religión, iniciar nuevos estudios, asistir a reuniones sociales, ingresar a un club…
La desilusión llega pronto al descubrir una y otra vez que nada de eso es suficiente para ser feliz, sintiéndose profundamente descorazonado, porque nada de eso satisface las necesidades esenciales del ser profundo.
Es el momento de iniciar una práctica Interior seria, mediante la percepción pura de esos deseos y anhelos desilusionantes.
Pronto va a descubrir que la realidad es lo que Ud. es en este momento, aquí-ahora, y que la percepción consciente de esa realidad, sin pensamiento alguno, es el único grifo que puede saciar su sed infinita.
Esa es nuestra posibilidad.