El cerebro es la cúspide donde la propia corporalidad culmina, en donde se realiza el fenómeno humano y donde podemos buscar la explicación profunda de todo el acontecimiento existencial. En cierta forma, el cerebro es un lugar sagrado donde la Conciencia crea sus propias formas de manifestación, como la mente.
“La mente es la conciencia encarnada en el cerebro” es una definición mística que no podemos pasar por alto.
El cerebro puede ser estudiado como una mera biología. Podemos acercarnos a él como una psicología, y en tal caso nos acercamos un poco más a su asombrosa complejidad.
Pero si lo vemos como un aspecto de cierta “teología”, que es el conocimiento místico, como algo que el Misterio nos ha dado para poder descubrirlo y responderle inteligentemente, entonces estamos mucho más cerca de la Fuente, de la Verdad, de la Realidad.
En nuestro cerebro está la respuesta.
Es necesario conocerlo y comprenderlo, porque en él reside nuestra esclavitud y nuestra libertad interior sin límite.
Muchas de las dificultades que encontramos en la vida son debidas a una deficiente conciencia de la realidad de nuestro cerebro-mente, de su funcionamiento y sus posibilidades evolutivas.