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A Dios podemos denominarlo la Verdad, la Realidad, el Absoluto, el Misterio, la Conciencia que es la esencia de todo lo existente. Es un hecho.

Pero su mente limitada, condicionada, perturbada por su “ego”, no tiene acceso a esa Realidad profunda.

Si usted es creyente necesita comprender que al creer… crea, y luego adora lo que creó. Es la paradoja de la inconciencia.

Para vivenciar la Realidad que permanece oculta en todo, su mente debe estar sana de toda emocionalidad patológica, vacía de toda imagen del pasado y silenciosa de todo pensamiento egocéntrico.

En ese estado de su mente la epifanía puede suceder, y ese estado es el resultado de un Trabajo Interior que le da sentido a la vida.

No se trata de creer…sino de Ser.

No se trata de buscar… sino de encontrar… lo que ES.

En la profundidad de su Ser actual usted ES la Conciencia absoluta, pero su mente le impide descubrirlo.

Para descubrir lo que es REAL es necesario penetrar en sí-mismo, sin pensar.

Meditar es profundizar en sí-mismo sin buscar nada, sin pensar.

Dios está ahí, en la profundidad de su Ser.

Dios es la Conciencia absoluta que está en TODO.

Compilado por:

Enrique González Ospina.

Celular: 315 335 7297