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Vivimos como si fuésemos empujados por el tiempo pasado, por lo vivido, por lo que sucedió.
Mentalmente parece obvio que es así, que estamos inexorablemente condicionados por el pasado, por los recuerdos. El cerebro los invoca, reconstruimos el sufrimiento, y volvemos a sufrir.

Este razonamiento tan obvio es, en realidad, una autojustificación para la mala vida del momento presente, que me libera de toda responsabilidad por la calidad de mi vida.
La verdad es otra. El pasado, como tiempo, no existe. Lo único que es real en este momento es su ser, su ego, su personalidad, y su memoria neuronal llena de imágenes e información distorsionada, sin importar el origen ni su veracidad.
Desde estos contenidos de su ser actual usted reacciona frente a las impresiones sensoriales que capta, y esta suma de reacciones es la calidad de su vida presente.
En cada instante usted está creando la calidad de su vida, al reaccionar inconsciente desde los contenidos de su ser actual, sin consultar con su pasado.
Según su ser, así es su vida.

Su pasado no existe. Su Karma

Pero su ser actual puede evolucionar, y la observación de sí mismo, sin un solo pensamiento, es el instrumento de la autotransformación.
Es necesario observar para comprender los contenidos, actitudes y conductas de su ser actual, y es esa comprensión la que libera.
Entretanto, cada día usted construye su vida, desde su personalidad, sin su pasado.
Su pasado, como tiempo, no existe.

Compilado por:

Enrique González Ospina.

Celular: 315 335 7297