Para Krishnamurti, la muerte tiene dos ámbitos: la muerte corporal, tras la cual no se sabe qué es lo que adviene, y la muerte interna y psicológica, que es la muerte constante de todas las ideas de cada momento, de cada instante.
Cuando morimos hay un final para todo lo que conocemos. ¿No puedo, pues, morir ahora para todo lo que conozco? Entonces descubriré por mi-mismo qué es la Verdad en la que no hay ilusión alguna, nada que sea personal.
No es mi verdad o su verdad.
Es la Verdad.