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El miedo es de origen biológico, primitivo, necesario porque protege la vida frente al depredador; pero el temor psicológico es una creación de la mente.

El ser humano común tiene temor de todo: de lo conocido y lo desconocido, de saber y no saber, de vivir y morir; temor de lo que sucede y deja de suceder; temor al prójimo, a la enfermedad que no ha llegado, a perder el empleo, a la opinión ajena; temor al rechazo, a la relación, al amor, al sí, al no, a fracasar en un proyecto, a errar en una decisión… a la sombra, a la luz, a la penumbra…

Son tantos los temores que no es posible resolverlos uno a uno, porque sería un proceso de nunca acabar. Necesitamos descubrir la raíz misma del temor, la génesis de todos los temores, grandes y pequeños, para disolverla en la nada.

En ese proceso de sanación no acudimos al análisis psicológico, porque este nos conecta con el pasado, desvinculándonos del temor que sucede en el momento presente, aquí-ahora.

El temor psicológico

Es la percepción pura del temor la que libera, sin un solo pensamiento. Su observación pura conduce a su comprensión, y la comprensión de un hecho es lo que nos libera de ese hecho, externo o interno.

El temor psicológico es profundamente egocéntrico, pero contiene toda la energía necesaria para iniciar la propia evolución consciente.

Compilado por:

Enrique González Ospina.

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